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ARCHIPIÉLAGO CATURLA
UNA FORMACIÓN
ALEMANA
Autodidacta, estudiosa y sagaz lectora, la formación de Caturla se desarrolla en paralelo a su trayectoria vital. Partiendo de su educación ilustrada, se enriquece gracias a sus viajes culturales y a sus vínculos con círculos intelectuales alemanes de la época. Este aprendizaje continuo y extraoficial le aportó una visión fresca y siempre actualizada de las tendencias artísticas y de los enfoques teóricos que buscaban renovar la historia del arte tradicional.
De esta diversidad de fuentes y estímulos Caturla recoge la aproximación al concepto de estilo y el interés por periodos considerados de declive y transición. Sigue así la línea de Heinrich Wölfflin en su aplicación del método formalista, que recupera el arte barroco en oposición al Renacimiento. Y, aun sin conocerle, también se advierte el paralelo con Aby Warburg, en su viaje por la historia del arte encontrando conexiones inesperadas, como las que este proponía en el «museo imaginario» de su Atlas Mnemosyne.
Asimismo, la autora vincula el arte al espíritu de la época, en sintonía con la Escuela de Viena: se interesa por las manifestaciones ornamentales estudiadas por Alois Riegl y por las propuestas pioneras de Wilhelm Worringer que, en Abstracción y naturalismo, asocia el arte geometrizado de los pueblos primitivos con el sentimiento de la fragilidad frente a la existencia. Se asocia a este ámbito Max Dvořák, partidario de enfocar la historia del arte como una historia del espíritu, y también Johan Huizinga, coetáneo y gran referencia de Caturla, debido a su fundamental contribución a la historia de las mentalidades.
Ha cesado el aislamiento en que se mantenía a la obra de arte y comienza a restablecerse su nexo con la vida
MARÍA LUISA CATURLA
La biblioteca particular de la autora, parcialmente conocida, se nutría de obras de estos teóricos publicadas en alemán, como Die Klassische Kunst de Wölfflin y Geschichte der italienischen Kunst, firmado por Dvořák. Incluía a pioneros como Meier Graefe, Friedländer y su «Pieter Bruegel», sin olvidar tratados clásicos como Las vidas de Vasari. Los libros que reunió reflejan la modernidad y la mentalidad abierta de Caturla, también perceptibles en su temprano interés por manifestaciones transfronterizas, como el arte de Extremo Oriente, y por los estilos olvidados que hilvana en Arte de épocas inciertas.